Amigo
(2-1)
=hola= : Pensamiento- hola - : Díalogo
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Emma despertó en su cama,
no se acordaba como había llegado hasta ahí, pero sentía alivio al
saber que se encontraba en su “hogar”. Se sorprendió al darse
cuenta que unas cuantas horas de sueño le habían ayudado a
recuperarse casi por completo del despilfarro de energía que había
hecho el día anterior, y además agradeció por el día, ya que no era
día de clases.
=Parece un recuerdo muy
lejano el hecho de haber estado ahí, bueno, siempre es bueno estar
alejada de aquel lugar…=
Pensó Emma mientras
asomaba una tímida sonrisa en sus labios. Estuvo pereceando un poco
más en su cama hasta que su estomago comenzó a rugirle diciendo que
tenía hambre, por lo que tambaleante se levantó de su
extremadamente cómoda cama y con pasos poco estables se dirigió
hacia la puerta, no antes de haberse fijado en el reloj que colgaba
en la pared de su izquierda; eran las 9:00am.
=Pensé que había dormido
más… uff, el perder tanto Sill hace que la noción del tiempo sea
bastante confusa=
Aunque su habitación se
mantenía en un perfecto orden, por alguna extraña razón tropezó
con un zapato que estaba tirado en medio del pequeño pasillo que
creaba la cama y el closet que se encontraba al lado, le produjo un
poco de dolor, pero no tanto como para molestarse, o ¿era porque
estaba todavía un poco dormida?.
= ¿Mmm…? ¿Yo dejé eso
ahí…, desde cuando soy tan descuidada…?=
Y agachándose, casi
perdiendo el equilibrio, levantó el zapato y lo puso dentro del
closet donde todos los demás zapatos se encontraban; al parecer
todavía faltaba el par.
=Después lo busco, hoy no
tengo ganas de hacer mucho=
Llegando por fin a la
puerta, la deslizó hacia un lado. La sala era bastante amplia a
pesar de ser un apartamento, esta contenía muchas decoraciones y
aspectos ingleses, pero mantenía una atmósfera oriental, las
decoraciones inglesas tenían un decorado bastante ingenioso y
hermoso. Emma, a paso lento, pasó por esta hermosa habitación sin
siquiera darle una mirada; pasó directo a la cocina que resultaba
ser muy moderna y estratégicamente ordenada por Emma. Emma al entrar
estiró su brazo izquierdo de manera para alcanzar el aza del
refrigerador, al hacerlo lo abrió y se quedó frente a este varios
segundos escudriñando su interior con ojos adormilados. No tenía
ganas de cocinar por lo que descartó casi todas las cosas del
interior, al fin decidiendo lo que comería, cogió la caja de leche
que se encontraba en la puerta del refrigerador y dando una última
mirada al interior cerró de un portazo el refrigerador. Su próximo
destino se encontraba al final del pasillo
=Que pereza ir hasta ahí
=
Y colocando sus ojos en
la puerta de la lacena, desprendió un poco de energía, con un gesto
de su mano, sin alzarla de donde estaba, abrió las puertas y con otro sacó una caja de cereal de
su interior, luego despacio acercó la caja hasta su mano que ya se
encontraba extendida para su llegada.
=Es más fácil usar la
telequinesis en esto=
Se dirigió nuevamente a
la sala donde se encontraba una mesa para cuatro personas, pero esta
estaba recostada en la pared entonces sólo había campo para tres
personas. Emma se acercó a la silla más cercana, colocó la leche y
el cereal en esta y Emma procedió a sentarse con sus piernas
cruzadas en la silla. Le encantaba sentarse así por alguna extraña
razón, luego de verter el líquido blanco en un plato hondo que
había cogido con anterioridad y de agregar el cereal en él, comió
con pereza su desayuno.
Luego de terminar, aun
sentada, usó de nuevo la telequinesis para devolver todo a su lugar
y levantándose de su lugar se dirigió al espejo para ver que tan
desaliñada se veía, fue todo lo contrario.
Vestía una camiseta
enorme que cubría hasta un poco más arriba de sus muslos, por lo
que no se le podía ser su ropa interior (ya que había dormido sin
short o pantalón), su cabello de un negro brillante se encontraba un
poco revuelto.
=Pero con una pasada de
cepillo vuelve a acomodarse,… como siempre=
Su cuerpo estaba muy bien
torneado y esbelto, su cutis se encontraba limpio a pesar de haber
dormido y sus labios eran de un cereza seductor, su mandíbula era un
tanto afilada.
Pero lo más destacable
de su hermosa y perfecta cara, eran sus dos almendrados ojos azules,
tan profundos como el mar y tan inmensos como el cielo, una simple
mirada a aquellos puros ojos y cualquiera temería que le hubiese
descubierto los más profundos secretos que contenía el corazón.
De un cierto modo a Emma
no le gustaban sus ojos, ya que nadie le podía sostener la mirada.
=Excepto por ELLA=
Se observó un poco más
en el espejo y luego desistió al ver que era la misma vista de
siempre
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