Un día ... más
(1-5)
Este edificio era
totalmente EXTRAÑO, el exterior era de unos deprimentes colores
grises, azules y negros pero el interior era blanco, además de
parecer como un laboratorio tratado de hacerlo casa, algo que al
parecer no funcionó muy bien, los muebles eran extrañamente
modernos, todas las puertas eran corredizas y tenía una cierta
ambientación oriental, Emma nunca se había podido acostumbrar a
aquella atmosfera helada e intimidante que este extraño lugar
desprendía.
Luego de pasar a la par
de varios cuartos y atravesar pasillos, entraron a una enorme
estancia. Era redonda y blanca con paredes altas y lisas, donde
resaltaba lo limpio que se encontraba el lugar y el brillo que emitía
el enorme candelabro que se alzaba sobre sus cabezas que se
encontraba incrustado en el techo de la estancia, el piso era liso
pero se encontraba dividido en pequeños cuadros.
Emma que ya sabía su
papel en aquel lugar, divisó una pequeña puerta a su izquierda.
--Emma, ya sabes lo que
debes hacer— y con una sonrisa curvó sus labios de manera extraña
Emma se limitó a asentir
con la cabeza y con un suspiro apenas audible por ella se dirigió a
la puerta. Dentro se encontraba un pequeño cuarto donde se
encontraban dos cómodos sillones que habían sido orientados hacia
una ventana que sólo podía ser vista desde ahí. Procedió a
sentarse en uno de los sillones y esperó instrucciones. Luego de dos
largos minutos escucho la voz de ELLA en su cabeza.
--Cuando quieras, Emma –
Era hora. Emma cerró sus
ojos, encerrándose en su mente y suprimiendo todos los sonidos
exteriores, sólo se encontraba ella, se relajó y recreó la escena
que había creado con anterioridad en su mente, una vez comprobado
todos los detalles, comenzó a abrir los ojos lentamente y pudo
sentirlo; su nivel de relajación estaba subiendo, mientras abría
sus ojos estos comenzaron a destellar, ya no eran ni ojos color
cielo, ni de hielos eternos, estos eran ojos de estrellas azuladas;
su pelo comenzó a ondear suavemente alrededor de ella y cuando
estuvo en su nivel máximo de relajación, hizo que sus ojos de
estrellas azuladas proyectaran aquella impresionante imagen creada
desde su cabeza; contuvo la respiración un momento.
Poco a Poco la estancia
se fue transformando en una hermosa pradera a media mañana, donde
sobre una colina se encontraba un árbol enorme que proyectaba una
sombra igual de grande. El paisaje tenía una atmósfera
tranquilizante y pacífica, donde la luz del sol calentaba que pero
no quemaba, donde la brisa que ahí soplaba era fresca y suave.
ELLA se encontraba
sentada se encontraba sentada al pie del árbol, o por lo menos, eso
era lo que pensaba Emma ya que sentía una presencia por aquella
creación suya, y ahora lo que faltaba era el último detalle; el más
importante, hacerlo a EL.
Ya tenía práctica por
las sesiones anteriores, entonces se le hizo fácil el crearlo, pero
para hacerlo tuvo que de nuevo cerrar sus ojos y dividir su mente en
dos: una parte para mantener el paisaje y la otra para su nueva
creación. Primero empezó por su cabeza, su cabello era de un rojo
intenso, corto, un poco ondulado que caía sobre su frente, un poco
monótono para Emma, por lo que esta vez quiso poner a prueba sus
poderes y hacerle un peinado, comenzó a moldear el cabello haciendo
que se recogiera hacia arriba en una forma como de copete que
ligeramente se deslizaba hacia un lado, pero que aun así caían
algunos mechones en la frente, pasó a los ojos, estos eran de un
verde intenso con unos rayos pequeños de dorado que recorrían el
iris, además de tener unos ligeros rasgos orientales, luego creó la
nariz que era de un recto perfecto, pero no puntiaguda. Las orejas
eran redondeadas, pero un poco alargadas, su mandíbula era curveada
mostrando su masculinidad a la perfección, su cutis era perfecto,
limpio, liso y su tono de piel era bastante claro pero no tanto como
en una mujer. Después seguía su cuerpo: el cuello era esbelto igual
a la postura del cuerpo, sus brazos, piernas, y torso habían sido
bien trabajados mostrando un poco de musculatura, pero no tanta. EL
era totalmente atractivo, pero lo que más atraía de EL, era la
hermosa y seductora sonrisa que este dibujaba en su rostro y que
mostraba unos dientes de extrema blancura. Y ahora sólo faltaba
algo, la voz, aquella voz era una voz que podía derretir a cualquier
mujer, era profunda y clara como si estuviera entrenada para ello, y
para probarla produjo con su pensamiento que dijera su nombre.
--Emma – dijo con una
sonrisa en su rostro. Esto produjo un cierto desliz en el nivel de
concentración en Emma, ya que la había hecho sonrojarse.
>>C-creo que está
bien así<< pensó un poco afectada por lo
anterior
Una
vez formado el muchacho, solo faltaba moverlo, Emma, con su poder de
pensamiento, ordenó al recién creado muchacho que moviera sus
piernas, poco a poco las piernas del muchacho comenzaron a moverse,
primeramente robóticamente, pero luego logró que caminara
naturalmente, cómo cualquier persona.
Pronto
comenzó a dirigirlo hacia donde se encontraba ELLA, pero esta vez
Emma iba a controlarlo por completo sin que ELLA interfiriera, porque
siempre que llegaba el momento en que comenzaba la sesión, ELLA
tomaba por la fuerza el control del cuerpo del muchacho, cortando
toda señal con el cerebro de Emma, haciendo que solo su Sill fluyera
para mantenerlo estable y formado.
>> Esta vez, veré
que es lo que tanto hace cuando me roba el “control” de mi
creación, dejaré que tome el control de la creación y luego
ocultare mi presencia en el Sill que estaré dándole a la creación
y veré a través de los ojos de la creación<<
Con este plan en mente
procedió a apurar al muchacho donde ELLA se encontraba. Ahora se
encontraba frente a frente con Marissa, Emma sintió el arrebató y
rápidamente ocultó su presencia como había planeado; ¡fue un
éxito! Marissa no se había dado cuenta de la presencia de Emma en
absoluto.
>>Ahora veamos qué
es lo que haces con él<<
Además
de escuchar y ver lo que Marissa hacía con su creación, debía de
formar de forma adecuada el césped y moverlo de acuerdo con la
dirección del viento y la copa del árbol, además de crear los
sonidos en su cabeza para que pareciera más realista, todo era
simplemente muy cansado, pero no tan casado como para dejar de hacer
su plan original.
Después
de 30 agotadores minutos, ELLA le lanzo la onda cerebral de siempre,
o sea, “la señal” y así terminó la sesión de aquel día. Emma
poco a poco comenzó a borrar el hermoso paraje que había creado con
tan esfuerzo no tuvo que borrar al muchacho ya que lo había hecho
Marissa.
Emma
exhausta comenzó a desconcentrarse poco a poco, su cabello ondeante
cesó y cayó a su estado normal, al abrir los ojos estos se
volvieron opacos como cuando empañas un vidrio, pero luego de unos
segundos consiguieron un poco de brillo gracias a las respiraciones
que hizo luego, después de todo esto, Emma se hundió en sillón
haciendo un profundo y largo suspiro.
ELLA
entró en la pequeña habitación tirando la puerta algo que
sobresaltó de manera significativa a Emma. Marissa se dirigió hacia
Emma con una encantadora sonrisa en su cara.
--¡Esta vez te has
lucido! Lo has recreado de una manera casi perfecta –dijo casi gritando de emoción
>>Siempre dice
“casi”, ¿qué es lo que hago mal, es que no es perfecto?<<
--Has perdido mucho Sill –
la cara de Marissa cambio radicalmente de una cara sonriente, a una
de preocupación en una fracción de segundo – debes descansar,
puedes quedarte hoy aquí, si deseas – y se sentó en el sillón
que yacía a la par del de Emma.
Emma estaba agotada pero
todavía podía caminar, por lo menos era lo que calculaba ella,
luego de pensarlo un poco pudo responder.
--Muchas gracias, pero
prefiero ir a mi apartamento--. Marissa la miró y torció el gesto
para responder con amabilidad forzada.
--Entonces por lo menos
déjame darte transporte hasta allá— .Sabiendo que no podía
negarse una segunda vez, y además del gesto que le hacía
significaba que no podía decir que no resolvió en aceptar.
--Gracias, estaría muy
complacida-- .Marissa sonrió pícaramente
--Pues que así sea, no
puedo acompañarte a la puerta – y levantándose del sillón se
dirigió a la puerta diciendo – así que tengas un buen viaje – y
salió de la habitación.
Emma
se puso en pie con gran dificultad, pero como supuso podía caminar,
entonces seguidamente salió de la habitación donde se encontró con
la gran estancia, y luego salió de ella. Luego de pasar el laberinto
de cuartos y pasadillos, por fin había llegado a las puertas
principales, que se abrieron con el simple hecho de caminar hacia
ellas, ya afuera cruzó el hermoso jardín con sus extrañas fuentes,
y en la calle, al salir totalmente del castillo, encontró el coche
que la llevaría y dejaría en su amado apartamento.
Fin del
Capítulo 1